Si tu modelo bloquea mi desarrollo y ofrece solo emigración, el problema no soy yo, es tu modelo. Lo que hay que cambiar es el modelo.
Durante las décadas de los 50, 60 y 70 del siglo pasado se implementaron en Latinoamerica una serie de políticas que fracasaron estrepitosamente. Estas políticas se denominaron “modelo ISI” que significa “industrialización por sustitución de importaciones”.
Ese modelo ISI se basa en el intervencionismo del gobierno en base a tres pilares fundamentales. El primer pilar es una política industrial activa a través de subsidios, subvenciones y dirección del estado para la producción de sustitutos. Piensa en la maraña de subvenciones que hay en Canarias o en las numerosas empresas públicas del Cabildo de Tenerife.
El segundo pilar son altos aranceles a la importación. En Canarias piensa en el AIEM/APIM, etc.. y los altos fletes de transporte que multiplican por 10 los precios internacionales debido al monopolio encubierto del pool de navieras españolas. Este monopolio es uno de los principales cuellos de botella que bloquean nuestro desarrollo.
El tercer pilar es una política cambiaria o monetaria restrictiva, es decir, un tipo de cambio elevado. En cierta medida la inclusión en el Euro ha actuado de esta forma.
El modelo fracasó estrepitosamente en toda Latinoamerica. La estrechez del mercado interno impedía aprovechar economías de escala para bajar costes de producción y resultaba en altos precios al consumo. El subsidio a empresas propició la formación de monopolios.
Muchas exportaciones seguían siendo de bienes primarios que seguían sujetos al deterioro de los términos de intercambio. El sector industrial no se preocupó por conquistar mercados externos, destinaba su producción al consumo interno y de esta forma requería de la producción exportadora para conseguir las divisas para comprar bienes de capital; reproduciendo la relación de dependencia que el mismo modelo pretendía evitar. El sector industrial tampoco se preocupó de innovar tecnológicamente lo que condujo a una alta dependencia de la inversión de empresas extranjera reproduciendo igualmente las relaciones de dependencia.
Todo ello condujo a una ineficiente asignación de recursos. Una tasa de desempleo superior a la de otros países con el mismo nivel de desarrollo y a presiones inflacionistas asociadas a la lucha por la distribución del ingreso en una economía de productividad media o baja.
El modelo de sustitución de importaciones fue aplicado en la mayoría de las veces por regímenes caudillistas o nacionalistas tanto del populismo autoritario como por las juntas militares. El modelo genera una burguesía burocrática y un “apparatchik” que termina de matar el poco dinamismo de la economía y propicia el clientelismo político y la corrupción. En lugar de capital humano productivo se propicio la acumulación de capital político no productivo.
Finalmente el modelo termina colapsando. La producción doméstica pierde competitividad, se produce déficit en balanza comercial, el producto interno bruto desciende y los niveles de pobreza aumentan.
Este modelo desprestigiado, obsoleto y suicida es el que el Estado ha instaurado en Canarias a través del REF. Un sistema proteccionista que pone barreras al librecomercio que había caracterizado los Puertos Francos y que es la base de la segunda globalización (1970- actualidad). En un mundo globalizado nos hemos vuelto ultra periféricos ¿no ves la contradicción?.
¿Podemos seguir con el modelo de substitución de importaciones? No, ni con petróleo ni sin petróleo. No es que estemos al borde del abismo, es que ya estamos cayendo. El sistema se ha colapsado y está completamente agotado.
¿Podemos pasar directamente a un modelo librecambista? No, porque nos falta una capacidad fundamental que el Estado hábilmente ha impedido que se desarrolle en Canarias. La capacidad de agrupar capital. De lo que estoy hablando es del sector financiero y la capacidad de generar y gestionar instrumentos de inversión colectiva.
Si liberalizamos la economía sin la capacidad de agrupar el ahorro local, lo que pasará (y lo que está pasando) es que el capital foráneo comprará a precio de saldo. Difícilmente España te otorgará licencias de servicios financieros, pero existe otra posibilidad y es sacarla en el exterior como ha hecho mi empresa Mencey Capital.
Lo siento, pero la creación de una “petrolera canaria” no es suficiente.
Jorge Dorta,
Director de Mencey Capital
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