Lo prometido es deuda. Les tengo que comentar, lo de la jornada de ayer siguiendo las huellas de nuestros antepasados. Antes de nada, decirles que tuvimos como acompañantes a parejas de novios, madres, padres, hijos, matrimonios, niños, jóvenes, adultos, mayores, etc., y que, comenzamos por unas cuatro puertas distintas a las Cuatro Puertas conocidas (hay otras tantas), donde la abundancia de cerámica, era casi pisar trozos de forma continua y constante en el entorno, luego entramos en el complejo mayor de la arqueología donde los edificios distintos, pasaban por un recinto grandioso donde posiblemente el Sábor del guanartemato de Telde, con habitaciones previas, y seguidas de la mayor, otras tantas dependencias enormes, donde la altura superaba tres cuerpos de un hombre, donde las dependencias dentro de un gigantesco y enorme edificio paralelas, y de fondo; con otras enormes y grandiosas edificaciones, cuales mansiones de personajes importantes, como guanarteme, faycán, guaire, etc., y el lugar sagrado de las harimaguadas, con las dependencias para las jóvenes cuidadas por ellas, y donde tantísima población, los enormes almacenes-graneros-silos, que asombran pos su número y dimensiones; también en el complejo está el panteón funerario donde los túmulos en el interior del recinto propio, con otras dependencias en dos plantas superpuestas, con nuevas y más habitaciones enormes en tamaño, amplitud, profundidad y altura, todo ello con pasillos intercomunicados, y en las puertas de un lugar a otro, las ranuras para el cierre y puertas, sin que faltara la brea, y los hoyos para los maderos divisionales del espacio, y otros más pequeños en paredes, con techos planos unos, con bóveda otros y de cañón los terceros. Pero no acaba ahí la visita a monumentos unidos de grandeza tanta –dependencias para más de doscientas personas en asambleas o reunidos, cuales salones palaciegos de dudosa utilidad y servicios o funciones, que en el entorno las cuevas mil, con pasillos interiores repetidos fuera, pero cercano al lugar central comunicado con otros puntos estratégicos, y un sistema de recogidas de aguas, que nos llevó hasta tres aljibes de dimensiones gigantescas donde las aguas canalizadas por sendas acequias o canales hechos por los guanches, y así asegurarse el agua en verano o en épocas de sequía, y para proveer del líquido elemento a tal población, que por el número de cuevas diseminadas por el entorno, en número casi incontable, y que de tantas, la visita obligada a unas pocas de ellas, para apreciar las características, y el asombro magno al comprobar las enormes piedras, normales ser movidas por modernos tractores y saber que fueron manos humanas las que las colocaban en una urdimbre y trabazón propia de arquitectos más que refinados y conocedores de técnicas propias de los hombres más inteligentes del mundo, al mostrarnos entradas a poblados ocultos a la vista del público por aparecer, y a cuyos misterios nos asomamos, con la lección de usos y costumbres, que hacen el día sea espléndido donde la comida sobria y compartida, deprisa y sin reposos para dar con los grabados, y todo ello, en un tiempo record, al pasar con cierta brevedad por tantos lugares distintos y no distantes, ocupando cantidad de metros longitudinalmente y adentrándose en las entrañas de la tierra, difícil de expresar y que dicho queda, con la premura de una crónica, para cumplir con lo prometido.
Solo la pena de la caída de la tarde, donde no faltó el pastor que nos ofreciera leche con gofio, calentita al pasar de la ubre de las cabras a nuestros estómagos como el mejor refrigerio; y, la pena de acabar, pero con la ilusión de saber que la próxima salida está cerca.
Crece el grupo, y así: venidos de distintos y distantes lugares: Agüimes, Valsequillo, Telde, Las Palmas de G. C., San Mateo, Teror, Fontanales, etc.
Lo ayer explicado y comentado, las preguntas y respuestas, más las imágenes inéditas de lo nunca visto, llenaría un grueso tomo con cuanto hay por descubrir y las razones que lo ocultan o esconde, privando al pueblo de sus raíces y señas de identidad.
Resumen:
Se trata de un conjunto de edificios de diversas índoles (social, político, religioso, económico, administrativo, residencial, central, etc.), que evidencian una organización de funciones y actividad complementaria, muy compleja, y que evidencian una vida como la actual, o mejor aún, dada las dimensiones y distribución de tantos aspectos diferentes y en perfecta armonía y orden jerárquico.
El Padre Báez.
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