viernes, 25 de mayo de 2012

María Auxiliadora (por el Padre Báez)

Uno que fue alumno salesiano, la lleva con amor, y hasta en Tecén, la tengo como patrona. A tal fin, nos adelantamos a la Fiesta popular (Misa solemne y Procesión el Domingo 20), y así, no hacer sombra a la ya tradicional en Telde, cuando nosotros nos quedábamos en el último día de la novena, con la fiesta litúrgica.

En nuestro caso (Tecén), le hicimos novena, de la mano del Concilio Vaticano II, que habla de la que es Madre de Dios, y de la Iglesia; a la que no hay que adorar, sino suplicar e imitar...

Y la muy querida Virgen de San Juan Bosco y sus hijos, se celebró en todas partes, porque es devoción extendida –aunque es anterior al fundador de los salesianos en esta advocación- por la Congregación de Don Bosco.

Y la Virgen habrá salido por miles de calles, barrancos (como el de Tecén), y por otros lugares, y tanto, que habrá habido de todo: amores, cantos, flores, cargadores, y mucho acompañamiento, de antiguos alumnos, de cristianos de a pie, sin pertenecer a la familia salesiana; porque, ¿dónde una casa sin un almanaque de María Auxiliadora?, ¿cuántas Iglesias sin su imagen? ¡Ella, en tantas carteras, mezclada con papeles, dineros y otros documentos, pero... Ella, ahí! Ella en los corazones de tantos. Ella, mostrándonos a su Hijo, nuestro Dios y Señor. Ella, honrada, venerada, receptora de poemas, de piropos, de algunas lágrimas. Pero sobretodo: Ella, auxilio, socorro, ayuda de madre. Ella, la Madre, que atiende a sus hijos los hombres, como entonces hiciera con una pareja de jóvenes que en sus bodas se quedaron sin vino, pero antes con su prima Isabel, y después junto a Cristo en la cruz...

Es mucho, lo que se pudiera decir de Ella; pero, no todo ha sido bien visto en su Fiesta. Me dice alguien que estuvo en la capital, que por Ciudad Jardín y en torno a su templo y casa-colegio, paseo con baile, y se paró ante la residencia de Oficiales rindiendo pleitesía a los militares, y hasta quienes se escandalizaron por un Himno nacional nada litúrgico, al margen que la treintena de soldados, tal vez, no debían haber estado..., pero que a pesar de estas minucias, sobresalió el agasajo, el cariño, el acompañamiento, si bien a lo mejor sobraban peinetas y hacía falta mantillas canarias.

Pero, no quiero aguar la Fiesta, sino que el párroco nuevo y brasileño, tal vez tome nota, y tenga en cuenta para el próximo año, algo de lo que aquí queda dicho. Repito, al mismo tiempo y hora, un servidor andaba con mi propia María Auxiliadora de Tecén, y cuanto queda dicho en el último párrafo, es el sentir de alguien que felicita a todos, con esos matices, que naturalmente, ambas cosas hago mías.

El Padre Báez.

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