Se acabaría el paro; el campo da trabajo a todos y a más; con el campo hay autoabastecimiento.
El campo genera ingresos.
Con el campo uno se mantiene.
Hay tierras abandonadas por todas partes, y alrededor de la isla.
Si los indignados y otros cogieran las riendas del campo, no habría ya más crisis.
Hay que salir de la ciudad, y de los grandes pueblos.
Todavía quedan por esos campos quienes pueden enseñar (a cambio de nada, y fuera de aulas y cursos).
La misma tierra, te enseña por sí misma.
Plantar y cosechar, después de un breve esperar, es coser y cantar.
Junto con las hortalizas (coles, lechugas, millo, calabaceras, etc., puedes tener conejos, gallinas... ¡sobran los perros!
¿Y por qué no una cabrita?
Y si plantas papas, ¡una gozada!
Ya casi se alimenta uno, con y de lo que produce.
Y no hay otro futuro.
La isla entera, está esperando sustituir retamas, ahulagas, tabaibas..., por cuanto queda dicho (con el preceptivo permiso a M. A.).
La tierra, con tal de tenerla cultivada, te la cede al 100 % todo el mundo.
Y habiendo un par de brazos, ¡sobra toda maquinaria!
Los hay que tienen como “trabajo”, buscar trabajo; trabajo, que no van a encontrar (salvo el campo, ¡no hay otro!).
Y al no depender de nadie, se es totalmente libre.
Ya después, se venderá siempre algo: ¡es ley de vida (o trueque)!
Esto que les propongo o cojan la maleta (y hagan lo mismo fuera, pero en peores condiciones).
Que es -repito- la única forma de salir de la crisis (personal, ¡y la otra!).
De paso, el campo se vuelve a repoblar (no de árboles estériles, sino de personas), pues se ha ido vaciando.
Nadie te va a dar trabajo, el trabajo está en el campo y: o lo coges, o lo dejas.
Puedes depender o ser autosuficiente.
Es, lo que hicieron nuestros: padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos..., ¡los guanches!
Lo que se hizo siempre, desde que el mundo es mundo.
También puedes -como opción: recrearte en ver y contar turistas (pero te morirás de hambre).
En el campo, aprenderías a hacer de todo-todo.
El Padre Báez.
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