Mientras nos quedamos sin trabajo, el campo está ahí, esperando. La experiencia nos dice, esta tierra siempre nos dio comida y trabajo, trabajo y comida.
Toca, retomar, lo que siempre se hizo y hace medio siglo se dejó de hacer.
Sin el campo, tenemos: tristeza, hambre, paro...; la tierra ya, debe dejar de estar baldía.
Hay que continuar, con la agricultura (y ganadería, que le va implícita).
Es hora de volver.
La tierra, que es paciente, aguarda, espera...; ella, es la salida de la crisis, y la entrada en la prosperidad.
No nos faltará la comida.
Salir fuera, cuando tenemos aquí, un campo abandonado, que nos daría libertad y riqueza, es un tanto absurdo.
Nuestra tierra, tiene sed de sudores, más que de agua.
Tenemos mucha universidad, y poquísimo trabajo; más vale la cultura de la agricultura y trabajo, que la otra sin éste.
Tampoco se va a estar en la Universidad hasta los cuarenta años. ¿Qué pasa con la “Universidad” de la vida?, ¿no es sabio el agricultor (y ganadero)?
Ojalá, también en esto, las mujeres se nos adelanten, y sean ellas más que los varones, y las que animen al regreso a la tierra.
El Padre Báez.
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