Somos el lugar de mayor pobreza en espakistania. Al presente, no se oye ruido de ninguna revuelta, ni estamos divididos; al contrario, parece el carnaval y el turismo nos une: otros, se preocupan del sector primario, aquí, lo tenemos como un estigma, una maldición o cosa que apesta.
El que no está uniformado o en la administración, no sabe cómo salir adelante fuera de Cáritas; mientras, espera que los turistas les cambien la vida. Los jóvenes, se marchan; y los que se quedan, no hacen sino seguir estudiando, sin más.
De tanto correr, el camino se hace hacia el aeropuerto, como única escapatoria, los que se quedan, son controlados en el campo, por carreteras..., y los tabaiberos, se han acostumbrado a ello, como lo más natural, sin más: lo aceptan.
Ya decir tabaibal, es decir: hambre, paro, desaparición del campo...
Gente parada por todas partes: mirando, sin más. Las despensas se vacían, hay uniformes, por todas partes; solo se habla de bicis y perros en la ciudad...
Las plazas se vacían ya de indignados; los políticos se asocian -por lo general- a corrupciones; los jóvenes: noche, droga, alcohol, tabaco (les regalan condones en el carnaval)... Los presidentes de cabildos, desde hace sesenta años, no hacen sino plantar pinos, pinos, pinos...
De la arqueología como patrimonio cultural, como señas de identidad, como oferta al turismo (que huye del norte de África, a donde van precisamente por la arqueología); la venta de la producción, es multiplicada para el comprador en cifras astronómicas que arruinan a unos y enriquecen a otros...
Los niños, sin religión, viven amarrados al móvil, a internet..., los hombres, discuten sobre fútbol (la U. D.)...; no se come, pero las carreteras están llenas de coches que se desplazan... Con una caña de pescar, puedes ser detenido o multado...
Las casas se albean o pintan cada vez menos; los comerciantes, cada vez venden menos. Cada vez, se come menos guisos, todo es pastelería que engorda y enferma. La gente comienza a vivir con miedo...
Pasa el tiempo. Se pierde la sonrisa. Ya no se lucha por sobrevivir; se vive (o mal vive). Casas hay en las que no entra ningún dinero... Cada vez, hay más gente pidiendo limosna. Los hospitales, cada vez se llenan más...
El trabajo de la universidad: estudiar ballenas muertas (no le mete mano a las tabaibas a ver qué propiedad tienen). No, no hay manifestaciones; todo el mundo tranquilo... Nadie protesta. Nos desorganizan (ni independencia, ni almendros, ni cabras, ni..., ni enemigos sino los de la isla de enfrente).
El único trabajo que hacemos bien es el carnaval... Se acabaron los líderes.
El Padre Báez.
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