Imagen extraída de www.Infonortedigital.com
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El ayuntamiento de Gáldar ha decretado tres días de luto por el fallecimiento del sacerdote de Gáldar e Hijo Predilecto de la Ciudad, Pedro Monzón Suárez, que falleció este sábado a las edad de 70 años. Nada más conocer la noticia y como portavoz del sentimiento general de pesar de los miembros de la corporación municipal, el alcalde de la ciudad, Teodoro Sosa Monzón, ha declarado luto oficial en el municipio los días 14, 15 y 16 de abril, durante los cuales las banderas ondearán a media asta en todos los edificios públicos del municipio y se suspenden para este sábado los actos organizados por el Ayuntamiento.
Como corresponde por su condición de Hijo Predilecto de la Ciudad, el ayuntamiento de Gáldar ha ofrecido las dependencias de las Casas Consistoriales para la celebración de la capilla ardiente, aunque por expreso deseo de la familia su velatorio tendrá lugar en el Tanatorio Municipal de San Isidro.
D. Pedro Monzón Suárez fue pregonero de las Fiestas de Santiago de 1999 y fue nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad de Gáldar en el marco de las Fiestas de Santiago de 2008, tras ser aprobado por unanimidad en pleno.
Su mayor mérito radica en su dilatada labor sacerdotal comprometida, en la que destaca su sencillez y rescate de los valores humanos, así como la huella imborrable que ha dejado por su trabajo con niños, jóvenes y mayores.
Superados los estudios de Magisterio y Teología, emprendió su vocación sacerdotal que le llevó a ocuparse de las parroquias de Teror, San Bartolomé de Lanzarote, La Montaña y San Isidro, cuyos vecinos le guardan un inmenso cariño. Esta labor la compartió durante un tiempo con la impartición de clases de religión en varios centros educativos.
Fue coordinador durante años de distintos grupos juveniles del arciprestazgo de Santiago de Gáldar y en 1989 fue nombrado por el Obispo Ramón Echarren, Director del Secretariado Diocesano de Jóvenes, en el que permaneció durante seis años.
Colaboró también en proyectos humanitarios en Colombia y Paraguay, para hacer realidad los sueños de muchos niños que apenas tenían para sobrevivir. Su trabajo solidario le han hecho siempre merecedor de todas las distinciones y reconocimientos.
Significativo ha sido su papel aglutinador en la formación de catequistas y su coordinación entre los mismos.
Pero sobre todo, D. Pedro Monzón Suárez, fue un amigo para todos, y sabía escuchar a todos, por lo que se recuerda con respeto y mucho cariño en todo el municipio galdense. Especialmente por su extrema sensibilidad y bondad con las personas que más lo necesitaban.
La Capilla Ardiente está instalada en el tanatorio de San Isidro, y este domingo, a las cinco de la tarde, se oficiará una misa en la Iglesia de Santiago. Posteriormente, será trasladado al cementerio de San Isidro donde recibirá cristiana sepultura.
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