¡Qué tiempos aquellos, en los que –como digo y repito- “jugábamos con la comida”. Y así, todo era con el fruto de los nogales –aprovecho, para decir, que muchos nogales, forman un nocedal (así como muchos olivos es un olivar)-. Que el fruto del nogal –añado-, es la nuez; es algo también a recordar a más de uno. Seguro, que nueces, traídas de California o del fin del mundo, desnutridas, insípidas, rancias, etc., como que hasta hacen daño comerlas. Pero, qué distinto, cuando por los barrancos y caminos, con piedras, palos y subiendo al nogal, y en los rebuscos, debajo de hojas y de hierbas, ¡aquellas nuestras nueces!, ¡qué maravillas! Y puesto que uno en su juventud, los plantó –los nogales-, y tanto que todo el año, las como. Incluso, tengo hasta un secreto o truco, y es, que siempre, las mejores (o más ricas al paladar), son las primeras, cuando todavía no se han curado, y están cerca de sus caídas y hay que retirarles las cáscaras (¡y cómo manchan!), que cuando se endurecen con pan, son un manjar, y que un día se me ocurrió –hace poco-, partirlas, y echarlas en agua (lo primero sobre la mañana o mediodía, para comerlas en la cena), entonces como se hinchan un poco, se reblandecen otro tanto, y si hay golosina –siempre con pan- es esto...
Pues, que casi “me se” olvida –como dicen los de pueblo en espakistania-, que venía hoy, a contarles algo sobre el juego con la comida, y ello a pesar de que dice el refrán o dicho: “con la comida no se juega”; pues nosotros en nuestra infancia sí, y aún lo recuerdo y mantengo, que voy y con un golpe certero, a la nuez, vuelta hacia abajo la punta más angulosa, sin escacharla, para que se abra lo más posible entera, sucede (y aquí viene el juego), según fuera el resultado, teníamos: un gallo, una paloma o un ala. De tal forma y manera, que cada una de estas denominaciones, responden a lo siguiente:
Un “Gallo” = cuando la nuez sale entera, y se sostienen en posición vertical.
Una “Paloma” = cuando se abre por la mitad (pueden salir una o dos palomas), y
Un “Ala” = cuando se obtiene una cuarta parte de la nuez, que puede ser doble o triple, dependiendo se rompa o no.
Juego de niños al comer nueces, y que cada día recuerdo, cuando en ese ejercicio de partirlas, me sucede que se me abren de una u otra forma. Y, puesto que los tiempos que corren son de plantar cardones, acebuches, tabaibas, y demás basura, y dado que los nogales, ¡por poco nos arrancan los pocos que quedan!, y que las zarzas, retamas y demás maleza, nos impiden llegar a ellos, y dejamos tan sabroso como medicinal fruto, para roedores, o simplemente para que se pudran, es bueno recordar, este “juego”, y estas denominaciones del fruto del nogal. Al menos, quede constancia de un pasado reciente, y que mucho me temo, se pierda, y que en nuestro caso, sí que jugábamos con la comida (me pasa por la mente, no es el único caso, y hubo un tiempo, que las sopas de letras, invitaba a escribir nombres y apellidos en la orilla del plato). Que volviendo a lo obtenido según se abriera la nuez, contábamos con hermanos y amigos, el “¡tengo tantos gallos, tantas palomas y tantas alas!” Sustituyendo el “tantos” por el número obtenido, y luego ¡a comerlas!
Pues, dicho queda.
El Padre Báez.
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