Un tremor armónico es un tipo de sismo característico de los volcanes, que refleja cambios en su estado interno. Cierto tipo de tremores se han asociado a desplazamientos de magma en el interior de un volcán, por lo que representan uno de los precursores significativos para definir los estados de alerta volcánica.
De acuerdo con Ibáñez (1997), el tremor volcánico es una señal sísmica caracterizada por mantener la amplitud constante durante un largo periodo que puede oscilar entre los varios minutos y las horas, con contenido espectral centrado en bandas de frecuencia relativamente estrechas. Por lo que el tremor es el resultado de la superposición más o menos compleja de eventos más simples.
Según el mismo autor, el tremor puede dividirse en varios subgrupos, atendiendo al contenido espectral:
-Tremor volcánico de alta frecuencia (>6 Hz). Suele estar asociado con avalanchas, caídas de rocas desde el frente de lava o fuertes desgasificaciones en los cráteres.
- Tremor volcánico con frecuencias intermedias (1 – 6 Hz). Sus fuentes pueden ser desgasificaciones, fluctuaciones del gas, resonancia de conductos, etc.
- Tremor volcánico de bajas frecuencias (<0,5 Hz). Normalmente se encuentran asociados a oscilaciones del conjunto de la cámara magmática.
Villagómez (2000) señala que se registran varios episodios tremóricos durante 1998 y 1999, y que podrían estar relacionados con actividad freática del volcán Guagua Pichincha. García (2001) establece dos fuentes de tremor en el mismo volcán, una localizada bajo el domo de 1660 cuya actividad estaría relacionada con la interacción entre el sistema hidrotermal existente con la fuente de energía térmica interna del volcán. Esta fuente mostró actividad desde el inicio de la crisis y presentó eventos aislados con duración variable desde minutos hasta semanas. La segunda fuente se localizó en el flanco S-SO de la caldera del volcán, y sus características fueron tener menor actividad, presentarse en paquetes de corta duración y poca amplitud, con una envolvente en forma de gotas y un contenido espectral muy armónico (alrededor de 2,9 Hz).
En el caso del volcán Tungurahua, Molina (2001) y Molina y Ruiz (2001) reconocen tres tipo de tremores volcánicos: hidrotermal, armónico y disarmónico. Añaden que estos tremores comprenden una banda espectral muy similar, con picos dominantes entre 1 y 2 Hz, pero con un número de picos que difieren de un tremor a otro. Las frecuencias de los picos espectrales dominantes son estables tanto en cortos intervalos, como durante largos períodos de tiempo. Debido a la buena correlación entre la amplitud tremórica y la precipitación pluvial, se consideró que el tremor volcánico del Tungurahua fue del tipo hidrotermal en la mayor parte del período desde 1994 hasta 1999 (Ruiz et al., 1999). De mayo de 1999 hasta septiembre de 1999, se registró un incremento en la amplitud espectral no relacionado con la precipitación pluvial, cubriendo un rango de frecuencias de 1,3 a 3,6 Hz, lo cual pudo ser indicador de un mayor flujo de calor, que fue evidenciado con la presencia de alta actividad fumarólica, creciente olor a azufre y posterior inicio de la actividad eruptiva en Septiembre de 1999. Sin embargo, Yepes (com. Pers., 2004) considerada que este tipo de señal estuvo relacionada con el aumento del caudal de los ríos cercanos a la estación sísmica.
http://www.igepn.edu.ec/index.php/volcan-cayambe/item/163-tremor-volc%C3%A1nico.html
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