sábado, 5 de mayo de 2012

La “Quema del Barco y el Castillo” rememora este sábado los enfrentamientos piratas y la defensa de la Cruz en Teror

El tradicional espectáculo de pirotecnia artesanal tendrá lugar el 5 de mayo, en la Plaza de Sintes, a las 22:30 horas.

Este sábado, 5 de mayo, tendrá lugar en la Plaza de Sintes de Teror el espectáculo pirotécnico de la Quema del Barco y el Castillo, una exhibición artesanal de fuego, color y ruido, única en Canarias, que se ha mantenido durante varias generaciones a través de la familia de fueguistas de los Dávila, rememorando los ataque piratas a la isla y la defensa de la Cruz. 

El acto organizado por la Concejalía de Festejos del Ayuntamiento de Teror está integrado en el programa de la Fiesta de San José y la Cruz. Dará comienzo a partir de las 10 y media de la noche y durará alrededor de media hora. Para cerrar la noche se ofrecerá una verbena a cargo de Melodía Show en la carpa instalada en la Plaza de Sintes. 

La Quema del Barco y el Castillo lleva unos tres meses de preparación e incluye la exhibición de unas 15 figuras móviles a las que se les aplica efectos de fuego y color que varían cada año. Las protagonistas son la Cruz, el Barco y el Castillo. Muchas de aquellas estructuras se han mantenido y otras han sido mejoradas y adaptadas al espectáculo, perfeccionando los modelos originarios para la aplicación de los fuegos. Benjamín Dávila se encarga actualmente de la preparación del espectáculo, siguiendo la tradición que aprendió de su abuelo y de su padre. 

Teror es el único municipio de Canarias que ha mantenido la tradición de la “Quema del Barco y el Castillo”, un espectáculo de pirotecnia artesanal que tuvo su apogeo en la primera mitad del siglo XX en varias fiestas de las islas y que ha perdurado en el municipio como uno de los principales actos de la Fiesta de San José y La Cruz, gracias al apoyo del Ayuntamiento y de la familia de fueguistas de Benjamín Dávila. 

ALGO DE HISTORIA DE LA QUEMA DEL BARCO Y EL CASTILLO 

La tradicional Quema del Barco y El Castillo se remonta a principios de la década de 1930, promovida por el gremio de carpinteros de Teror, en especial de Maestro Manuel Rodríguez, conocido como Maestro Manuel “Fatigas”, que patrocinaban el programa de la fiesta de San José y La Cruz y encargaban a la afamada familia de pirotécnicos de los Dávila la confección de estos fuegos artificiales sobre estructuras de madera realizadas por los carpinteros. 

Puede que la tradición de estos fuegos artesanales se importara en los años 30 de la Fiesta de la Naval en las Palmas de GC, donde existieron también los fuegos del Barco y el Castillo. Sin embargo, la tradición ha perdurado en Teror, tierra sin costa donde muchos habitantes se refugiaron en tiempos de invasiones de piratas, huyendo hacia el interior de la isla. 

Hasta la década de 1990 los espectaculares fuegos se realizaban por iniciativa de la familia de fueguistas de los Dávila, y desde entonces se han mantenido con el apoyo del Ayuntamiento de Teror. 

LA FIESTA DE SAN JOSÉ Y LA CRUZ EN TEROR 

La Fiesta de San José fue en otros tiempos la Fiesta Mayor de Teror, después de la del Pino. Los festejos de la Cruz de mayo tienen una tradición que se remonta a 1612, año en el que hay constancia documental en el archivo parroquial de la existencia de una Cofradía de la Santa Vera Cruz que costeaba las Fiestas, en las que se cantaba y se recitaba mientras sonaban el pito y el tamboril. 

Desde principios del siglo XX se tienen referencias en los periódicos de la época de la Fiesta de San José y la Cruz, en las que se incluían adornos de los frontis de las casas y engalanamiento de la calle principal con arcos . 

SOBRE LA FAMILIA DE FUEGUISTAS DE LOS DÁVILA 

La familia de fueguistas de los Dávila se remonta al siglo XIX, manteniendo la tradición de generación en generación hasta la actualidad. El pionero de la saga de los fueguistas de El Palmar fue Juan Dávila, hombre de Guanchía, que confeccionaba los fuegos en una cueva. Como anécdota se cuenta que para unas fiestas preparó una pieza de tal tamaño que el día de la quema no fue posible sacarla fuera. Juan Dávila era un gran tocador de timple. Heredaron el oficio de fueguistas sus hijos Maestro Pancho, que confeccionaba los fuegos en Los Portales, y Pedro Dávila, el viejo, del Estanco en el barrio de Huertas del Palmar, con su taller en El Cuevón de la Cueva Vieja. Pedro fue un afamado pirotécnico de la isla y de Tenerife, donde quemó fuegos en algunas fiestas de la Cruz. Heredó la tradición familiar su hijo Pedro Dávila Rodríguez, que quemaba fuegos en La Aldea y Mogán, en tiempos en los que no había carreteras y se desplazaba desde Teror caminando por la Cumbre con las piezas a cuestas. Pedro fue siempre un hombre fuerte que superó el trauma de un grave accidente en 1961, donde falleció uno de sus nietos y resultó también herido su hijo Benjamín. 

La familia de los Dávila confeccionaba en Huertas del Palmar voladores que estallaban en todas las Fiestas, en especial a la salida de la procesión del Santo o Patrona. También hacían fuegos de antología, como eran los de las Fiestas del Pino, y fuegos más locales, como los de la Fiesta de la Cruz, como son el espectáculo del Barco y el Castillo. 

Su hijo Benjamín Dávila y sus nietos Benjamín (Mico) y Alexis se han encargado de mantener la saga de fueguistas de Teror y en especial de mantener el espectáculo pirotécnico del Barco y el Castillo que requiere una preparación de más de tres meses de trabajo totalmente artesanal y que durante años se mantuvo gracias al empeño de la familia de los Dávila y en los últimos años con el apoyo económico del Ayuntamiento de Teror.

Nota de prensa Ayuntamiento de Teror
Imagen nota de prensa: Barco y Castillo

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