jueves, 23 de febrero de 2012

¿Qué esconden los carnavales grantabaiberos? (por el Padre Báez)

Esconden, tapan u ocultan sabido es, estos carnavales que nunca acaban en el gran tabaibal, son una tapadera, para distraer (idiotizar al pueblo, y tenerlo entretenido), y no vean a realidad.


Empecemos por decir, que ya metidos en Cuaresma, el carnaval, en el mundo ha desaparecido; si aquí sigue y siguen, es que hay gatos encerrados. Veamos.

Tres semanas antes de que en el mundo se celebre el carnaval al unísono, nos adelantamos ese tiempo en celebraciones, elecciones, y demás chorradas engañabobos; pero, terminado el carnaval en un pueblo, comienza en el otro, y así sucesivamente, con lo que tenemos todavía tres meses (¡es un decir!) de carnaval.

Ya es raro y sospechoso, que no se celebre en la isla los tres días del carnaval, todos en al misma fecha, sino que se estira el carnaval hasta lo inverosímil, por aquello, de que a la par, no se celebre ninguno, sino cada uno cuando le toca (es decir, que acabe al lado, para empezar nosotros), y toda vez...

... que, el que va a despedir un carnaval, ya cuenta con seguir en el otro, y así hasta que por fin acabe el carnaval..., pues lo dicho, que tenemos carnaval para rato. Llega la Semana Santa, y todavía hay algún rezagado, celebrando el carnaval.

Y he aquí el drama: que políticos, gobernantes, el pueblo, como que le da el visto bueno, y no parece por el panorama, nadie capaz de poner el carnaval en su sitio, y ¡a trabajar!

¡No señor!, aquí de carnaval todo el año no hay quien trabaje. Pero, pasemos a dar respuesta a la pregunta inicial, de este mi comentario:

¿Qué esconden los carnavales grantabaibales?

Esconde -así de entrada- mucha droga.

Se esconden en ellos -disfrazados- nuestros políticos.

En nuestros carnavales, hay más policías que mascaritas (¡raro!, ¿no?).

Esconden el par, que así brincando y saltando como que se nota menos.

Nada importa la Iglesia y la Religión, entre en Cuaresma.

Se esconden las huelgas, o sus contenidos y reivindicaciones.

Los indignados, también se disfrazan y pasan desapercibidos.

Se esconde la derecha, que entrega bandas de reinas, de drags...

Se esconde la izquierda, que hace lo mismo que la derecha.

Se esconde el petróleo-tema candente-, y que queda en el olvido, mientras.

Se esconde el agua, y su mediana, que eso, eso es cosa de no interés.

Se esconde que a UE, de entrada a todo el tomaterío de mar-rru-ecos.

Esconden a familias destrozadas, multiplicadas y divididas, rotas y locas.

Esconde los problemas del lugar donde se celebra el asunto este.

Esconde el silencio y el vacío del campo, porque trabajan otros x nosotros.

Esconden a esas grandes áreas comerciales, que nos chupan hasta la sangre.

Esconde a esas murallas del puerto construidas de contenedores de comida.

Esconden a tantas ONGs, que viven del cuento, quedándose con casi todo.

Esconden a gente intelectual, que callan, por miedo les quiten el chullo.

Esconden un fracaso educacional que ellos favorecen y ayudan a más.

Esconden a tres turistas en cada carnaval y lo justifican con ellos.

Esconden los robos de los bancos, que dejan sin casa a pobres mascaritas.

Esconden a esas obras faraónicas por donde se desvían los dineros.

Esconde a tanta corrupción y corruptos disfrazados de monjitas y curas.

Esconden el rostro de Cáritas, que da de comer a todos esos desgraciados.

Esconden las minucias -y a sus amigos- y migajas de los asuntos sociales.

No esconden a los perros, pues celebran un carnaval canino único.

Tampoco esconden a la televisión-carnavalera, que los retransmiten.

Quedan bien visibles los periódicos, llenos de fotos de más mascaritas.

Esconden a ejércitos diversos, no disfrazados, sino vestidos así.

Esconden a todos esos otros cuerpos uniformados, para comer sin producir.

Esconden a tantísimos que viven enganchados de las administraciones.

Esconden a una ganadería (bueno no la esconde, porque no hay ganadería).

Esconde igualmente, una agricultura, que no existe. Idem. Como arriba.

Esconde la dependencia total de este pueblo respecto al mundo en todo.

Esconden injusticias, que no es el caso enumerar, porque faltaría espacio.

Esconde la ambición de poder de los políticos, que se valen del carnaval.

Esconden subvenciones, que se desvían a los cuatro de siempre.

Esconden la ayuda, que nunca llega, porque se queda por el camino.

Esconden...

Esconde...

Es... así, el carnaval es: un esconder la realidad. La máscara adquiere otro papel, hace de un personaje ficticio, que engaña al que se disfraza, y es la mejor forma de sortear la crisis, y toda vez que acabado un carnaval, se comienza ya a preparar el otro, andamos como el juego de la oca: de carnaval en carnaval...

El Padre Báez

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