Sobre mi tesis (171):
... Hablan en causa propia... pasan por alto los defectos de que les acusaban sus contrarios... El tono llano de la súplica... fue bien recibido en Roma, como se vio por sus inmediatas intervenciones en Madrid. Las acusaciones que lanzan... las vemos confirmadas con otros documentos, pero también es cierto que no todos los clérigos mestizos tenían la formación intelectual y moral de que se glorían en esta ocasión.
Políticos, que solo piden...
... ayudas, en lugar de mandar al campo a trabajar...
Laureles, palmeras...
... en lugar de higueras, olivos...
En el tabaibal...
... espakistania, está por encima (¡no pintamos nada!).
Cruceristas...
... no tienen nada que ver con los vías crucis...
Todavía seguimos, en...
... carnaval. ¿No hay quien lo pare ya? ¡Ya está bien!, ¿no?
¡Otro que se va...
... Santana Perera! Es, que sin ganadería, no hay tu tía.
Mientras el puerto siga abierto...
... no nos va a faltar la comidita...
¿Ganaderos en el tabaibal?
¡Eso era antes!
Seguimos, con...
... pleititos, con Tenerife... (¡cuestión de fotos!).
Sí, sí...
... nos están cambiando cabras por tortugas...
Dice el Éxodo:
“... cuando encuentres extraviado el buey o el asno de tu enemigo, se lo llevarás a su dueño. Cuando veas al asno de tu adversario caído bajo la carga, no pases de largo; préstale ayuda...”
(2, 19-23, 9).
También dijo:
“... durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que vive en tus ciudades...”
(Ex. 20, 1-17).
El salmo 18, por su parte, añade:
“... la voluntad del Señor es pura, y eternamente estable...”
(8, 10).
En los Laudes de hoy:
“... cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos...”
(Dn. 3, 57-88. 56).
Y en el Evangelio de hoy, en la Misa:
“... encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas...”
(Jn. 2, 13-25).
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