martes, 22 de mayo de 2012

Arqueología desconocida (por el Padre Báez):

Se ha puesto de moda la arqueología; cada día nos desayunamos con un yacimiento arqueológico nuevo a restaurar, anuncio de vallas, parque, etc. No salen de la superficie, y hacen bien; pero, ¿cuándo se van a ocupar de la arqueología subterránea?

En su día verá la luz de la imprenta, mi libro sobre el tema; pero hoy, solo unos apuntes breves. Que los guanches, habitaron y se protegían en el subsuelo, no hay de ello dudas, y sí muchas pruebas y demostraciones. Pasa, que o es tema tabú, o tema desconocido (no por un servidor, que ha escudriñado nuestra tierra, por lomas y barrancos, riscos y laderas, también en llanos y explanadas.

No cabe la menor duda, se trata de lugares perfectamente camuflados, de los cuales, hay numerosísimos ejemplos.

Sabemos por la Historia, los guanches fueron siempre atacados, y de ahí la imperiosa necesidad de ponerse a buen recaudo (y fueron capaces de esconderse hasta dentro de enormes piedras, ¡cuánto más en cuevas!). Y así, se adentraron por las entrañas de la madre tierra, cobijándose en el interior, sin dejar señas de entradas a las mismas.

Que eran unos artistas (y los mayores del mundo, está fuera de toda duda, y así lo reconoció Le Canrien). Lugares por hallar o encontrar, y los encontrados, guardados bajo siete candados de silencio y secreto profesional; aunque no faltan atisbos.

Y así, ¡cuántos agujeros perfectamente disimulados, que aún teniéndolos delante de las propias narices, son de todo imposible detectarlos. Puertas –he visto- que con forma natural de la piedra externa, en su parte oculta guarda un tallado perfecto, que encaja con el orificio de entrada o hueco de la puerta de entrada al lugar misterioso; ventilación aparte, solo apreciable y vista desde el interior. Imposibles descubrir por castellanos u otros, aún al presente.

Gracias a ello, se guarda el mayor y mejor tesoro de los guanches: sus casas y poblados, bajo y dentro de la tierra.

El Padre Báez.

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