Aquí, seguimos enganchados a la tecnología última, abandonando nuestras costumbres y tradiciones.
Y en este sentido, vamos contra corriente, contra todo el mundo.
Estamos desenraizados.
No se escucha a los verdaderos sabios, que son los ancianos.
La isla (las islas), se nos está llenando de basura, gracias al turismo y a que somos demasiados, y nada se recicla.
Y todo el mundo aquí, tiene un perro (¡o más!).
Nos hemos acostumbrado a que nos traigan la comida, y nada producimos. Todos estudiando (nadie trabajando).
Ya cuesta sobrevivir (hablo en general).
Se han cargado toda trascendencia (ataques fijos a la Iglesia).
La nueva “religión”, es el fútbol ( y nos quieren meter en la secta de los baloncestos, ahora últimamente).
Nadie trabaja en el campo (se nos mueren los últimos agricultores, y se llevan enciclopedias a la tumba).
La vida es nocturna (¡un mundo al revés!).
Nada se produce.
Se consume droga y alcohol.
Los medios de comunicación, calladitos.
Todos piensan en marchar fuera, teniendo trabajo aquí.
Los políticos no merecen credibilidad alguna.
Crece el miedo.
Muchos se matan.
Estamos cargados de extranjeros.
El carnaval no tiene fin.
Superpoblados.
Todos hablando con su teléfono móvil (con nadie).
El paro, no para de subir.
Crece el fracaso y sus consecuencias.
Todo es ciudad.
Aumentan las depresiones (¡y los suicidios!).
Inmensa cantidad de policías, y no baja la inseguridad (tienen miedo).
Nos quieren iguales.
La libertad no existe.
Hay gente que llora.
No se casan (se ajuntan); desaparecen los hijos.
Existe el borreguismo.
Se han saltado el respeto a toda jerarquía.
Vivimos en un estado catastrófico.
¿Qué nos aguarda?, ¿qué salidas hay?
Los hay, que pobres, les da vergüenza su situación (y acaban en el suicidio).
Los políticos están ciegos, y nada hacen para sacarnos de esta situación.
...
El Padre Báez.
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